Descansa, lo necesitas
Todo mundo estará de acuerdo que procurar un descanso adecuado y suficiente es vital para mantenernos saludables, fuertes y de buen humor. Resulta una nimiedad tan obvia que cualquier adulto se puede proveer que hasta puede parecer insultante preguntar si estamos durmiendo bien. Sin embargo, con mayor –mucho mayor– frecuencia de lo que nos gustaría admitir, somos negligentes en darnos las pequeñas, casi insignificantes y triviales cosas que en realidad hacen que las cosas más complejas pueden ser abordadas.
El trabajo, las relaciones de pareja, el dinero, la familia, cuidar de otras personas y, en general, atender problemas que nos exigen un nivel de atención y análisis que dependen enteramente de nuestra capacidad intelectual, nos hacen creer que las “pequeñas” cosas importan poco. Nuestra vida adulta –mucho más influenciada por nuestra propia infancia de lo que nos gusta admitir– no suele considerar necesidades primarias que atendíamos más eficientemente cuando niños, como descansar y relajarnos. Nos hemos convertido en víctimas de un sistema de creencias que no evaluamos y que no pasa muchas pruebas de conveniencia y bienestar para nosotros mismos. Puede sonar casi insultante admitir o denunciar que no sabemos dormir. El descanso lo hemos dejado de lado y poco a poco la falta de éste nos ha convertido en seres agotados y con poca resiliencia y energía para enfrentar asuntos más complejos y demandantes.
Creemos que una vida productiva y la generación de riqueza material es proporcional a los padecimientos o sufrimientos que debemos infligirnos para merecer los frutos de la primera. Y en la lista de fracasos y frustraciones no observamos que comenzamos ésta con la acumulación de pequeños –quizá demasiado para nuestro criterio– fallos y negligencias con nosotros mismos y que evidentemente tampoco podremos prevenir en los demás.
Descansar es tan vital y necesario que una tercera parte de nuestra vida debe ser invertida en esta “actividad”. Contrario a nuestra idea moderna que descansar, dormir, relajarse es no hacer nada, en realidad, es hacer todo lo necesario para poder lograr lo que nos proponemos o debemos hacer cuando estamos de pie. Sé innovador o innovadora y apuesta por tu integridad física que te garantiza contribuir a la integridad de tu salud mental; duerme, duerme muy bien.